Drogas
martes, 9 de agosto de 2011
La Heroína
La heroína es una droga derivada de la planta amapola y pertenece a una clase de drogas denominada “opiáceos”. En el siglo XIX los opiáceos eran remedios populares. Se usaban para calmar afecciones y dolores de diferente tipo y se podían comprar sin prescripción médica en muchos comercios de EEUU y Europa.
Algunos opiáceos son naturales (morfina, opio y codeína) y otros son sintéticos, es decir, elaborados en el laboratorio a partir de la amapola (demerol, metadona, etc.).
La heroína es un opiáceo semi - sintético: es producida a partir de la morfina a través de un proceso químico y es aproximadamente 3 veces mas fuerte que ésta.
Cuando se consume por vía intravenosa, esta sustancia de gran potencia alcanza rápidamente el cerebro y produce un “flash” o “hit”, como se le llama habitualmente a su efecto inmediato.
La heroína puede presentarse en forma de polvo blanco o como una pasta o goma marrón (dependiendo de la procedencia y del proceso de elaboración que haya tenido).
La heroína marrón debe ser disuelta con un ácido como la vitamina C antes de ser inyectada. Esta es además mejor variedad para ser fumada.
La heroína que se vende en la calle por lo general no es heroína pura sino que está cortada con otras sustancias (esto también pasa con la cocaína). La heroína pura se "corta" así con otros opiáceos sintéticos, lo cual puede generar complicaciones a quien la consume, porque seguramente el usuario no va a tener el efecto que está buscando a la vez que se va a colocar en una situación de mayor riesgo de sobredosis y otras reacciones adversas
La heroína puede fumarse, inyectarse o inhalarse. Las dos primeras vías de administración son las de acceso más rápido al cerebro y por lo tanto las que producen efectos en menor tiempo.
Cuando se fuma ("chinos”), la heroína es calentada sobre un papel de aluminio y con ayuda de algún instrumento se inhalan sus vapores por la nariz o la boca.
Hongos
Una enorme variedad de plantas y hongos alucinógenos ha venido siendo utilizada por diferentes tribus y civilizaciones desde tiempos ancestrales. Muchas de ellas siguen siendo utilizadas en las actualidad por los sucesores de estas culturas como un medio de adivinación visionaria y un medio para acceder al mundo espiritual de los Dioses. Entre estas plantas encontramos a la Amanita Muscaria, el Peyote, la Ayahuasca, y a la Datura Brugmancia (Floripón), entre muchísimas otras.
La Amanita Muscaria es un hongo que crece en Siberia y el noreste de Asia. Fue utilizado con fines rituales curativos por los shamanes de estas regiones. La fuente de sus propiedades alucinógenas es el “muscimole” un compuesto químico cuya concentración aumenta con el secado del hongo.
Los hongos psicoactivos de la familia de los psilocibes contienen la sustancia alucinógena llamada psilocibina. Estos y otros hongos eran alucinógenos sagrados entre los Aztecas de México en la época de la invasión española alrededor del año 1500. Los hongos psilocibes pueden ser comidos al natural o consumidos en forma de té. Pueden ser también ingeridos luego de un proceso de secado. El hongo Cogumelo pertenece a esta familia. Es conocido también como “hongo de la bosta”.
Distinguir los hongos alucinógenos de aquellos que son venenosos es una tarea que puede llegar a ser muy compleja. Ella puede requerir una consulta en textos botánicos e incluso un cierto conocimiento en taxonomía de los hongos.
Como ya dijimos, todas estas plantas y hongos alucinógenos se consumen por vía oral, ya sea a través de la ingestión de infusiones hechas con las raíces o flores de las plantas o a través de la ingestión de los hongos secos, al natural o en forma de te.
La Amanita Muscaria es un hongo que crece en Siberia y el noreste de Asia. Fue utilizado con fines rituales curativos por los shamanes de estas regiones. La fuente de sus propiedades alucinógenas es el “muscimole” un compuesto químico cuya concentración aumenta con el secado del hongo.
Los hongos psicoactivos de la familia de los psilocibes contienen la sustancia alucinógena llamada psilocibina. Estos y otros hongos eran alucinógenos sagrados entre los Aztecas de México en la época de la invasión española alrededor del año 1500. Los hongos psilocibes pueden ser comidos al natural o consumidos en forma de té. Pueden ser también ingeridos luego de un proceso de secado. El hongo Cogumelo pertenece a esta familia. Es conocido también como “hongo de la bosta”.
Distinguir los hongos alucinógenos de aquellos que son venenosos es una tarea que puede llegar a ser muy compleja. Ella puede requerir una consulta en textos botánicos e incluso un cierto conocimiento en taxonomía de los hongos.
Como ya dijimos, todas estas plantas y hongos alucinógenos se consumen por vía oral, ya sea a través de la ingestión de infusiones hechas con las raíces o flores de las plantas o a través de la ingestión de los hongos secos, al natural o en forma de te.
metanfetamina
la metanfetamina es un estimulante incluido por la Convención Internacional de Psicotrópicos en la Lista II (Schedule II), lo cual significa que la droga tiene un alto potencial de adicción y sólo es accesible por medio de recetas médicas oficiales, que no se pueden renovar.
La metanfetamina es conocida por su reputación de estimulante adictivo. Como la anfetamina, esta droga incrementa la actividad, reduce el apetito y produce una sensación general de bienestar. Excita receptores neuronales vinculados a las señales de recompensa y gratificación: produce euforia, alivia la fatiga y mejora el rendimiento en tareas simples.
Se fabrica en laboratorios clandestinos usando procedimientos sencillos e ingredientes relativamente baratos, generalmente de fácil acceso. Por esta causa, sobre todo en Estados Unidos, se han establecido normas legales sobre una serie de sustancias químicas que pueden servir como precursores o reactivos en la síntesis de esta droga, por ejemplo la efedrina. Estos factores se combinan para hacer de la metanfetamina una droga de gran circulación, cuyo abuso está muy extendido en Estados Unidos y en varios países de Europa.
El producto vendido en la calle se conoce por muchos nombres como "anfetas", "meta" y "tiza" en español (o bien: meth y crank, en inglés). El clorhidrato de metanfetamina consiste de pedazos de cristales transparentes parecidos al hielo, que se pueden inhalar fumándolos. En esta forma se conoce como "hielo", "cristal" y "vidrio" en español (ice, crystal, glass en inglés).
Los efectos de la metanfetamina pueden durar hasta 6 u 12 horas. Los adictos a esta sustancia, pueden permanecer despiertos durante varios días. Esto genera un creciente agotamiento físico, psicológico y cognitivo. Sin embargo, la droga bloquea las señales somáticas (como fatiga, sueño, hambre) que advierten sobre el deterioro funcional progresivo. En estos casos, una vez que la droga abandona el organismo, estos sujetos pueden experimentar estados de gran agitación psicomotriz, a veces asociados con comportamientos violentos y delirios persecutorios, llegando a cuadros de disociación psíquica apenas distinguibles de los que caracterizan a una esquizofrenia de tipo paranoide. Estas manifestaciones psiquiátricas de toxicidad se producen por sobredosificación y en casos de adicción crónica a dosis altas (especialmente por vía parenteral); en estos casos se denominan psicosis anfetamínicas en la práctica clínica.
La metanfetamina es conocida por su reputación de estimulante adictivo. Como la anfetamina, esta droga incrementa la actividad, reduce el apetito y produce una sensación general de bienestar. Excita receptores neuronales vinculados a las señales de recompensa y gratificación: produce euforia, alivia la fatiga y mejora el rendimiento en tareas simples.
Se fabrica en laboratorios clandestinos usando procedimientos sencillos e ingredientes relativamente baratos, generalmente de fácil acceso. Por esta causa, sobre todo en Estados Unidos, se han establecido normas legales sobre una serie de sustancias químicas que pueden servir como precursores o reactivos en la síntesis de esta droga, por ejemplo la efedrina. Estos factores se combinan para hacer de la metanfetamina una droga de gran circulación, cuyo abuso está muy extendido en Estados Unidos y en varios países de Europa.
El producto vendido en la calle se conoce por muchos nombres como "anfetas", "meta" y "tiza" en español (o bien: meth y crank, en inglés). El clorhidrato de metanfetamina consiste de pedazos de cristales transparentes parecidos al hielo, que se pueden inhalar fumándolos. En esta forma se conoce como "hielo", "cristal" y "vidrio" en español (ice, crystal, glass en inglés).
Los efectos de la metanfetamina pueden durar hasta 6 u 12 horas. Los adictos a esta sustancia, pueden permanecer despiertos durante varios días. Esto genera un creciente agotamiento físico, psicológico y cognitivo. Sin embargo, la droga bloquea las señales somáticas (como fatiga, sueño, hambre) que advierten sobre el deterioro funcional progresivo. En estos casos, una vez que la droga abandona el organismo, estos sujetos pueden experimentar estados de gran agitación psicomotriz, a veces asociados con comportamientos violentos y delirios persecutorios, llegando a cuadros de disociación psíquica apenas distinguibles de los que caracterizan a una esquizofrenia de tipo paranoide. Estas manifestaciones psiquiátricas de toxicidad se producen por sobredosificación y en casos de adicción crónica a dosis altas (especialmente por vía parenteral); en estos casos se denominan psicosis anfetamínicas en la práctica clínica.
Extasis
El "éxtasis" (o "ecstasy", para los norteamericanos) es una conocida droga usada con fines presuntamente placenteros y eróticos.
Estructuralmente está emparentada con un estimulante, la anfetamina, y con un alucinógeno, la mescalina. Comparte con toda la familia de las anfetaminas el poseer un efecto estimulante y despertador tanto como producir adicción y ser tóxica para el sistema nervioso central.
Su efecto se debería a la liberación y recaptación de las aminas del cerebro particularmente de la serotonina y la dopamina. Estas aminas biógenas son las responsables de la modulación del deseo, la excitación, la erección y el orgasmo ya sea como facilitadoras (dopamina) o inhibidoras (serotonina) de los mediadores químicos. Estos datos que parecerían demasiado cientificistas son importantes para entender que la metilendioximetanfetamina (MDMA) vulgarmente llamada "éxtasis" no es una sustancia inocente y divertida sino que tiene una acción seria y potente a nivel del sistema nervioso central.
En el citado trabajo (1) se evaluaron consumidores (varones y mujeres de 21 a 48 años) prestando atención en cuatro principales aspectos de la respuesta sexual: deseo, erección (lubricación en mujeres), orgasmo y satisfacción. Al final de este estudio si bien se observó que en algunos casos el deseo y la satisfacción podían verse aumentados con el uso de MDMA, otros referían que el orgasmo había sido retardado y que la erección era afectada negativamente en muchos de ellos.
Algo interesante de ver fue que un 60% de los sujetos reportaban el uso concomitante de marihuana que, como es sabido, es un canabinoide con una acción liberadora de dopamina, para producir un aumento del deseo. Pero sabemos que esto también produce un incremento paralelo de la toxicidad ya que, tanto el éxtasis, las anfetaminas o la cocaína, luego de su acción estimulante acarrean un cierto efecto depresivo, especialmente por su uso continuo, insomnio rebelde o episodios de ansiedad y excitación psicomotriz, amén de francos cuadros de impotencia o anorgasmia.
Estructuralmente está emparentada con un estimulante, la anfetamina, y con un alucinógeno, la mescalina. Comparte con toda la familia de las anfetaminas el poseer un efecto estimulante y despertador tanto como producir adicción y ser tóxica para el sistema nervioso central.
Su efecto se debería a la liberación y recaptación de las aminas del cerebro particularmente de la serotonina y la dopamina. Estas aminas biógenas son las responsables de la modulación del deseo, la excitación, la erección y el orgasmo ya sea como facilitadoras (dopamina) o inhibidoras (serotonina) de los mediadores químicos. Estos datos que parecerían demasiado cientificistas son importantes para entender que la metilendioximetanfetamina (MDMA) vulgarmente llamada "éxtasis" no es una sustancia inocente y divertida sino que tiene una acción seria y potente a nivel del sistema nervioso central.
En el citado trabajo (1) se evaluaron consumidores (varones y mujeres de 21 a 48 años) prestando atención en cuatro principales aspectos de la respuesta sexual: deseo, erección (lubricación en mujeres), orgasmo y satisfacción. Al final de este estudio si bien se observó que en algunos casos el deseo y la satisfacción podían verse aumentados con el uso de MDMA, otros referían que el orgasmo había sido retardado y que la erección era afectada negativamente en muchos de ellos.
Algo interesante de ver fue que un 60% de los sujetos reportaban el uso concomitante de marihuana que, como es sabido, es un canabinoide con una acción liberadora de dopamina, para producir un aumento del deseo. Pero sabemos que esto también produce un incremento paralelo de la toxicidad ya que, tanto el éxtasis, las anfetaminas o la cocaína, luego de su acción estimulante acarrean un cierto efecto depresivo, especialmente por su uso continuo, insomnio rebelde o episodios de ansiedad y excitación psicomotriz, amén de francos cuadros de impotencia o anorgasmia.
Marihuana
La marihuana es la droga ilícita de abuso más frecuente en los Estados Unidos. Es una mezcla de color café verdoso de flores, tallos, semillas y hojas secas y picadas de la planta de cáñamo, Cannabis sativa. La principal sustancia química activa en la marihuana es el delta-9-tetrahidrocanabinol, también conocido por sus siglas, THC.
La marihuana generalmente se fuma en forma de cigarrillo (llamado “porro”, “canuto” o “churro” en español o “joint” en inglés) o en una pipa. Además se fuma en “blunts”, que son puros o cigarros a los que se les saca el tabaco y se rellenan con marihuana. Ya que el “blunt” mantiene la hoja de tabaco usada para envolver el cigarro, este método de administración combina los principios activos de la marihuana con los de la nicotina y otras sustancias químicas dañinas. También, la marihuana se puede mezclar con comida o ingerirla como infusión. Su forma más concentrada y resinosa se llama hachís y cuando está en forma de líquido negro pegajoso se conoce como aceite de hachís.* El humo de la marihuana tiene un olor pungente característico, que es usualmente agridulce.
Los científicos han aprendido mucho sobre cómo el THC actúa en el cerebro para producir sus diversos efectos. Cuando se fuma la marihuana, el THC pasa rápidamente de los pulmones al torrente sanguíneo, que lo transporta al cerebro y a otros órganos del cuerpo.
El THC actúa sobre sitios específicos en el cerebro llamados receptores de canabinoides, disparando una serie de reacciones celulares que finalmente terminan en el “high” o euforia que algunos consumidores sienten cuando fuman marihuana. Algunas áreas cerebrales tienen muchos receptores de canabinoides; otras tienen pocos o ninguno. La mayor densidad de receptores de canabinoides se encuentra en las partes del cerebro que influyen en el placer, la memoria, el pensamiento, la concentración, las percepciones sensoriales y del tiempo, y el movimiento coordinado.
La marihuana generalmente se fuma en forma de cigarrillo (llamado “porro”, “canuto” o “churro” en español o “joint” en inglés) o en una pipa. Además se fuma en “blunts”, que son puros o cigarros a los que se les saca el tabaco y se rellenan con marihuana. Ya que el “blunt” mantiene la hoja de tabaco usada para envolver el cigarro, este método de administración combina los principios activos de la marihuana con los de la nicotina y otras sustancias químicas dañinas. También, la marihuana se puede mezclar con comida o ingerirla como infusión. Su forma más concentrada y resinosa se llama hachís y cuando está en forma de líquido negro pegajoso se conoce como aceite de hachís.* El humo de la marihuana tiene un olor pungente característico, que es usualmente agridulce.
Los científicos han aprendido mucho sobre cómo el THC actúa en el cerebro para producir sus diversos efectos. Cuando se fuma la marihuana, el THC pasa rápidamente de los pulmones al torrente sanguíneo, que lo transporta al cerebro y a otros órganos del cuerpo.
El THC actúa sobre sitios específicos en el cerebro llamados receptores de canabinoides, disparando una serie de reacciones celulares que finalmente terminan en el “high” o euforia que algunos consumidores sienten cuando fuman marihuana. Algunas áreas cerebrales tienen muchos receptores de canabinoides; otras tienen pocos o ninguno. La mayor densidad de receptores de canabinoides se encuentra en las partes del cerebro que influyen en el placer, la memoria, el pensamiento, la concentración, las percepciones sensoriales y del tiempo, y el movimiento coordinado.
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